Una Breve Reseña Del Año 2019
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Boletín Internacional / Edición 206 / Enero de 2020

El año 2019 fue un año de levantamientos populares en el que los efectos de la crisis existencial del capitalismo se intensificaron. La voluntad de cambio y el fin de la aprobación social del dominio burgués solo profundizaron la crisis de poder de la burguesía. En contraste con los movimientos sociales y los levantamientos después de la Gran crisis de 2008, los levantamientos populares de hoy son aún más destructivos, les1 pobres están en las calles contra la pobreza, el desempleo, el hambre y la falta de futuro en el capitalismo. En la fase de la globalización imperialista, las viejas formas de la regla político ya no funcionan, y a las demandas y aspiraciones de les trabajadores y les oprimides ya no se puede encerrarles tan fácilmente.
Las mujeres tienen una importancia clave en estos levantamientos. Se levantan tanto contra la crisis del sistema imperialista-capitalista como por su liberación de género, contra la desigualdad y la violencia que esta crisis ejerce sobre sus cuerpos, su sexualidad y su trabajo. Los movimientos y acciones internacionales de mujeres, que se han desarrollado a través de la colectivización de lemas, símbolos y formas en los últimos años, también han progresado este año. La voluntad de las mujeres para el cambio social sigue siendo una dinámica fundamental en las luchas sociales.
La esperanza y la actualidad de la revolución se están extendiendo a través de estos desarrollos.
Pero en los levantamientos populares de este año, la cuestión del liderazgo revolucionario permaneció en gran parte sin resolver, se está extendiendo una falta de dirección, junto con las oportunidades también se aumentan los riesgos. Los gobernantes hacen pagar el precio de la crisis existencial a les trabajadores y oprimides del mundo que lo pagan con sus vidas, con la naturaleza y con las herencias de la historia humana. El desarrollo del fascismo y la reacción política en muchos países, la hostilidad hacia les migrantes, el chovinismo y el racismo son efectos concretos de la crisis de poder, porque esta crisis no es una crisis ordinaria. Cada vez más toma la forma de una crisis del orden social que se extiende desde los centros imperialistas hasta las colonias.
Dentro de la competencia imperialista y la polarización, el Medio Oriente sigue siendo un foco.
Como resultado del levantamiento de 2010-2012, Rojava surgió como un tercer frente que ofrecía un futuro diferente, una nueva vida para todo el mundo. Rojava es un buque insignia de la voluntad de cambio de hoy. El fascismo del AKP intenta resolver la actual crisis del régimen del estado turco, que está vinculada a la cuestión kurda, con ataques de ocupación y una política de guerra contra el norte y el este de Siria. Después de la ocupación de Afrin, el estado ahora está tomando medidas contra los logros del pueblo kurdo en Rojava. Sin embargo, la resistencia en el norte y este de Siria ha escrito historia. La propaganda chauvinista de guerra no pueden ocultar la situación crítica en la que se encuentra el fascismo. Vimos el año pasado que toda la violencia fascista solo profundizó la crisis del régimen.
Los fenómenos de desintegración dentro del AKP están ilustrados por los planes fundadores de nuevos partidos hecho de viejos camaradas. El nombramiento de "fideicomisarios" en los municipios del norte de Kurdistán después de las elecciones municipales del 31 de marzo y el 23 de junio solo fue una expreción de la crisis de poder del AKP. La guerra de ocupación en Siria, el intento de superar la crisis económica a través de la economía de guerra y el expansionismo en el Medio Oriente no son nada más que intentos desesperados de superar la crisis. El bloque de soberanos AKP- MHP logra cada vez menos a conseguir aprobación dentro de la población. Con la crisis económica, los lazos políticos del fascismo con sus masas también se están frenando. La voluntad de cambio se está extendiendo.
Les trabajadores y les oprimides, sin embargo, han pasado un período de resistencias importantes. Incluso si aún no tienen el poder de masas deseado, les oprimides han llenado las calles con varias demandas sociales y democráticas. No se han doblegado con la política de guerra regional, el aislamiento, la prisión y los fideicomisarios. La lucha de liberación kurda, la lucha de liberación de las mujeres, el movimiento de trabajadores y los movimientos ecológicos de reciente crecimiento han demostrado que se está acumulando una fuerza de combate social.
El año pasado se rompió el silencio por la huelga de hambre iniciada por Leyla Guven. Las Comisiones de Justicia para Sule Cet, una joven estudiante cuya asesinato por sus jefes fue disfrazado como suicidio, y muchas otras acciones contra los feminicidios, las luchas de les trabajadores, y las luchas ecológicas desde Hasankeyif hasta las montañas de Ida fueron algunos de los momentos más significativos de resistencia el año pasado. Les comunistas se posicionaron correspondiente a la voluntad de cambio de la clase trabajadora y les oprimides, con la misión de vanguardia de llevar adelante todas las luchas del movimiento. Desde las montañas hasta las ciudades en cada oportunidad se infligieron ataques políticos y militares al estado fascista colonial, que está armado hasta los dientes. A pesar de todos los ataques de liquidación, el estado no logró a vencer al movimiento revolucionario. Mientras por un lado la guerra de defensa marcada por sacrificio continúa en el norte y este de Siria, la búsqueda para los medios más efectivos de la lucha antifascista continúa con toda determinación, y las fuerzas para la resistencia de las masas contra el fascismo se fortalecen. La situación en esta etapa crítica lleva mucha esperanza para futuras luchas.

 

 

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Boletín Internacional / Edición 206 / Enero de 2020

El año 2019 fue un año de levantamientos populares en el que los efectos de la crisis existencial del capitalismo se intensificaron. La voluntad de cambio y el fin de la aprobación social del dominio burgués solo profundizaron la crisis de poder de la burguesía. En contraste con los movimientos sociales y los levantamientos después de la Gran crisis de 2008, los levantamientos populares de hoy son aún más destructivos, les1 pobres están en las calles contra la pobreza, el desempleo, el hambre y la falta de futuro en el capitalismo. En la fase de la globalización imperialista, las viejas formas de la regla político ya no funcionan, y a las demandas y aspiraciones de les trabajadores y les oprimides ya no se puede encerrarles tan fácilmente.
Las mujeres tienen una importancia clave en estos levantamientos. Se levantan tanto contra la crisis del sistema imperialista-capitalista como por su liberación de género, contra la desigualdad y la violencia que esta crisis ejerce sobre sus cuerpos, su sexualidad y su trabajo. Los movimientos y acciones internacionales de mujeres, que se han desarrollado a través de la colectivización de lemas, símbolos y formas en los últimos años, también han progresado este año. La voluntad de las mujeres para el cambio social sigue siendo una dinámica fundamental en las luchas sociales.
La esperanza y la actualidad de la revolución se están extendiendo a través de estos desarrollos.
Pero en los levantamientos populares de este año, la cuestión del liderazgo revolucionario permaneció en gran parte sin resolver, se está extendiendo una falta de dirección, junto con las oportunidades también se aumentan los riesgos. Los gobernantes hacen pagar el precio de la crisis existencial a les trabajadores y oprimides del mundo que lo pagan con sus vidas, con la naturaleza y con las herencias de la historia humana. El desarrollo del fascismo y la reacción política en muchos países, la hostilidad hacia les migrantes, el chovinismo y el racismo son efectos concretos de la crisis de poder, porque esta crisis no es una crisis ordinaria. Cada vez más toma la forma de una crisis del orden social que se extiende desde los centros imperialistas hasta las colonias.
Dentro de la competencia imperialista y la polarización, el Medio Oriente sigue siendo un foco.
Como resultado del levantamiento de 2010-2012, Rojava surgió como un tercer frente que ofrecía un futuro diferente, una nueva vida para todo el mundo. Rojava es un buque insignia de la voluntad de cambio de hoy. El fascismo del AKP intenta resolver la actual crisis del régimen del estado turco, que está vinculada a la cuestión kurda, con ataques de ocupación y una política de guerra contra el norte y el este de Siria. Después de la ocupación de Afrin, el estado ahora está tomando medidas contra los logros del pueblo kurdo en Rojava. Sin embargo, la resistencia en el norte y este de Siria ha escrito historia. La propaganda chauvinista de guerra no pueden ocultar la situación crítica en la que se encuentra el fascismo. Vimos el año pasado que toda la violencia fascista solo profundizó la crisis del régimen.
Los fenómenos de desintegración dentro del AKP están ilustrados por los planes fundadores de nuevos partidos hecho de viejos camaradas. El nombramiento de "fideicomisarios" en los municipios del norte de Kurdistán después de las elecciones municipales del 31 de marzo y el 23 de junio solo fue una expreción de la crisis de poder del AKP. La guerra de ocupación en Siria, el intento de superar la crisis económica a través de la economía de guerra y el expansionismo en el Medio Oriente no son nada más que intentos desesperados de superar la crisis. El bloque de soberanos AKP- MHP logra cada vez menos a conseguir aprobación dentro de la población. Con la crisis económica, los lazos políticos del fascismo con sus masas también se están frenando. La voluntad de cambio se está extendiendo.
Les trabajadores y les oprimides, sin embargo, han pasado un período de resistencias importantes. Incluso si aún no tienen el poder de masas deseado, les oprimides han llenado las calles con varias demandas sociales y democráticas. No se han doblegado con la política de guerra regional, el aislamiento, la prisión y los fideicomisarios. La lucha de liberación kurda, la lucha de liberación de las mujeres, el movimiento de trabajadores y los movimientos ecológicos de reciente crecimiento han demostrado que se está acumulando una fuerza de combate social.
El año pasado se rompió el silencio por la huelga de hambre iniciada por Leyla Guven. Las Comisiones de Justicia para Sule Cet, una joven estudiante cuya asesinato por sus jefes fue disfrazado como suicidio, y muchas otras acciones contra los feminicidios, las luchas de les trabajadores, y las luchas ecológicas desde Hasankeyif hasta las montañas de Ida fueron algunos de los momentos más significativos de resistencia el año pasado. Les comunistas se posicionaron correspondiente a la voluntad de cambio de la clase trabajadora y les oprimides, con la misión de vanguardia de llevar adelante todas las luchas del movimiento. Desde las montañas hasta las ciudades en cada oportunidad se infligieron ataques políticos y militares al estado fascista colonial, que está armado hasta los dientes. A pesar de todos los ataques de liquidación, el estado no logró a vencer al movimiento revolucionario. Mientras por un lado la guerra de defensa marcada por sacrificio continúa en el norte y este de Siria, la búsqueda para los medios más efectivos de la lucha antifascista continúa con toda determinación, y las fuerzas para la resistencia de las masas contra el fascismo se fortalecen. La situación en esta etapa crítica lleva mucha esperanza para futuras luchas.