La tregua del PKK
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Durante la lucha que lleva a cabo, el PKK ya ha declarado tregua algunas veces antes. La primera tregua unilateral fue declarada por el PKK en 1993, la segunda en diciembre 1995, la tercera el 1 de septiembre 1999. El 30 de septiembre del 2006, después del llamado de Ocalan, declaró la quinta tregua. A pesar de que no había cambios en la actitud de la dictadura fascista en la política de negación y de aniquilamiento en la cuestión kurda, se puede decir, que esta tregua tampoco sería diferente de las anteriores. El estado colonialista turco respondió a la primera tregua con un ataque, el "concepto de 93". La respuesta a la segunda tregua fue la organización de un atentado contra Ocalan. La respuesta a la tercera fue la extensión e internacionalización del ataque y finalmente, con el complot junto con los estados imperialistas, sacar a Ocalan de Siria. El estado colonialista, que encarceló a Ocalan, respondió a la cuarta tregua con una política de liquidación al agotar y dejar disgregar el movimiento nacional. Ahora la respuesta a la última tregua era "no haremos ninguna concesión hasta que no quede ni un sólo terrorista en las montañas". Ciertamente, algunos círculos burgueses expresan ideas como que hay que evaluar bien la tregua declarada, que sea una buena oportunidad. Así también podemos nombrar los desgarros dentro de la burguesía en cuanto a la cuestión kurda. Este tipo de desgarros siempre ha existido. Pero no ha habido ningún cambio en la política de la negación y del aniquilamiento de la dictadura colonialista fascista. El nuevo concepto, que se expresa en la "Ley Antiterrorista" (Lea: Ley Anti sociedad), se basa en dos pilares: primero la liquidación del movimiento nacional kurdo en su calidad como PKK y segundo la liquidación del movimiento revolucionario y comunista en Turquía. La dictadura trata por todos los medios y métodos, con masacres, como lo hemos visto hace poco en Diyarbakir, con represión y detenciones, que fueron realizadas a partir del 8 de septiembre en más de 20 ciudades, reprimir, aislar y finalmente liquidar por un lado el movimiento revolucionario y comunista y por otro lado el movimiento nacional kurdo.
El consejo ejecutivo de Koma Komalen Kurdistán anunció que las fuerzas del HPG no van a utilizar armas durante la tregua declarada y estando en vigor desde el 1 de octubre, hasta que no sean forzados a utilizarlas. Entonces se dice, hasta que el ejército turco no lleve a cabo operaciones en contra de nosotros, tampoco vamos a utilizar armas. Desde la fundación de la República Turca el estado colonialista no conoce otra cosa en la política sobre Kurdistán que violencia, aniquilamiento y negación. Como las treguas de antes también lo han mostrado, la dictadura colonialista insiste en el aniquilamiento del pueblo kurdo.
Esta última tregua fue considerada por el KKK y por Ocalan como "última oportunidad". Esta evaluación puede crear una base de esperanzas y expectativas imposibles a realizar, entre el pueblo kurdo. Una larga tregua puede ser una ventaja para la política del estado de dejar disgregar el movimiento. Además, las declaraciones exageradas sobre los EE.UU y la UE pueden crear una base para ilusiones. La conducta de los estados imperialistas ya la conocemos. No debemos olvidar que la dictadura colonialista fascista y los estados imperialistas están de acuerdo en cuanto al tema de no reconocer el PKK, de romper su influencia y finalmente de derrocarlo y aniquilarlo. Así pues tienen el objetivo de liquidar el potencial revolucionario existente dentro del movimiento nacional reformista kurdo y en el pueblo kurdo en general.
Los acontecimientos desde el ataque de Semdinli muestran que el estado esta determinado a no dejar callarlos por las armas. El ataque de Semdinli, la provocación en el consejo de Estado, los ataques de linchamiento, la concentración militar en Kurdistán del Norte, la continuación de las operaciones, la masacre de niños en Diyarbakir, la ola de terror en el oeste, la detención de revolucionarios y comunistas, y los ataques a organizaciones democráticas son señales claras de la práctica intensa de la política de opresión, liquidación y aniquilamiento de la dictadura fascista. Bajo estas condiciones queremos poner en relieve que ante el ataque de opresión y aniquilamiento, insistente e intenso a la nación kurda, la única garantía para que la nación kurda obtenga el derecho de hacer política para su futuro, es la guerrilla.

 

 

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Durante la lucha que lleva a cabo, el PKK ya ha declarado tregua algunas veces antes. La primera tregua unilateral fue declarada por el PKK en 1993, la segunda en diciembre 1995, la tercera el 1 de septiembre 1999. El 30 de septiembre del 2006, después del llamado de Ocalan, declaró la quinta tregua. A pesar de que no había cambios en la actitud de la dictadura fascista en la política de negación y de aniquilamiento en la cuestión kurda, se puede decir, que esta tregua tampoco sería diferente de las anteriores. El estado colonialista turco respondió a la primera tregua con un ataque, el "concepto de 93". La respuesta a la segunda tregua fue la organización de un atentado contra Ocalan. La respuesta a la tercera fue la extensión e internacionalización del ataque y finalmente, con el complot junto con los estados imperialistas, sacar a Ocalan de Siria. El estado colonialista, que encarceló a Ocalan, respondió a la cuarta tregua con una política de liquidación al agotar y dejar disgregar el movimiento nacional. Ahora la respuesta a la última tregua era "no haremos ninguna concesión hasta que no quede ni un sólo terrorista en las montañas". Ciertamente, algunos círculos burgueses expresan ideas como que hay que evaluar bien la tregua declarada, que sea una buena oportunidad. Así también podemos nombrar los desgarros dentro de la burguesía en cuanto a la cuestión kurda. Este tipo de desgarros siempre ha existido. Pero no ha habido ningún cambio en la política de la negación y del aniquilamiento de la dictadura colonialista fascista. El nuevo concepto, que se expresa en la "Ley Antiterrorista" (Lea: Ley Anti sociedad), se basa en dos pilares: primero la liquidación del movimiento nacional kurdo en su calidad como PKK y segundo la liquidación del movimiento revolucionario y comunista en Turquía. La dictadura trata por todos los medios y métodos, con masacres, como lo hemos visto hace poco en Diyarbakir, con represión y detenciones, que fueron realizadas a partir del 8 de septiembre en más de 20 ciudades, reprimir, aislar y finalmente liquidar por un lado el movimiento revolucionario y comunista y por otro lado el movimiento nacional kurdo.
El consejo ejecutivo de Koma Komalen Kurdistán anunció que las fuerzas del HPG no van a utilizar armas durante la tregua declarada y estando en vigor desde el 1 de octubre, hasta que no sean forzados a utilizarlas. Entonces se dice, hasta que el ejército turco no lleve a cabo operaciones en contra de nosotros, tampoco vamos a utilizar armas. Desde la fundación de la República Turca el estado colonialista no conoce otra cosa en la política sobre Kurdistán que violencia, aniquilamiento y negación. Como las treguas de antes también lo han mostrado, la dictadura colonialista insiste en el aniquilamiento del pueblo kurdo.
Esta última tregua fue considerada por el KKK y por Ocalan como "última oportunidad". Esta evaluación puede crear una base de esperanzas y expectativas imposibles a realizar, entre el pueblo kurdo. Una larga tregua puede ser una ventaja para la política del estado de dejar disgregar el movimiento. Además, las declaraciones exageradas sobre los EE.UU y la UE pueden crear una base para ilusiones. La conducta de los estados imperialistas ya la conocemos. No debemos olvidar que la dictadura colonialista fascista y los estados imperialistas están de acuerdo en cuanto al tema de no reconocer el PKK, de romper su influencia y finalmente de derrocarlo y aniquilarlo. Así pues tienen el objetivo de liquidar el potencial revolucionario existente dentro del movimiento nacional reformista kurdo y en el pueblo kurdo en general.
Los acontecimientos desde el ataque de Semdinli muestran que el estado esta determinado a no dejar callarlos por las armas. El ataque de Semdinli, la provocación en el consejo de Estado, los ataques de linchamiento, la concentración militar en Kurdistán del Norte, la continuación de las operaciones, la masacre de niños en Diyarbakir, la ola de terror en el oeste, la detención de revolucionarios y comunistas, y los ataques a organizaciones democráticas son señales claras de la práctica intensa de la política de opresión, liquidación y aniquilamiento de la dictadura fascista. Bajo estas condiciones queremos poner en relieve que ante el ataque de opresión y aniquilamiento, insistente e intenso a la nación kurda, la única garantía para que la nación kurda obtenga el derecho de hacer política para su futuro, es la guerrilla.